En el Lago de sanabria

Actividades

Dos lugares de ensueño

Sanabria y Galende

Sanabria y Galende es ante todo tranquilidad y disfrutar de la naturaleza en cualquier época del año. Galende de Sanabria, está situado al lado del “Rio Tera”, esto hace que se pueda caminar por las diversas partes del pueblo encontrando lugares y rincones de gran belleza. El pueblo tiene una distribución en forma de “H” tumbada, por una de las partes de la H transcurre la carretera que va hacia el Lago y por la otra el rio, las casas están situadas a los lados de toda ella, en la parte central se encuentra el “Mellugar” y la iglesia, pero no tiene una plaza al uso.

Desde el pueblo y casi desde la puerta del HOSTAL LOS CHANOS, parten diversos caminos en muy buen estado, por estos caminos se puede ir de paseo incluso con niños a los diversos pueblos de la zona (recomendamos Trefacio, Pedrazales, Quintana, San Román (con un extraordinario castaño milenario), Sotillo (con una extraordinaria cascada). Todos estos sitios, se pueden también visitar en coche. Otros paseos por el bosque como la subida a Peña Monegueira o al monte de Galende…

En coche y a poca distancia puede visitarse Puebla de Sanabria, Rivadelago, San Martin, Laguna de los peces. También en coche pero ya a más distancia puede visitar Braganza y Chaves en Portugal.

En verano es posible bañarse en el rio o subir al lago, cuya playa está situada apenas a tres kilómetros. Las truchas, la pesca, la caza, las setas son otros de los atractivos tanto de Galende como de la zona. Le recomendamos el otoño con un colorido extraordinario y los meses de Mayo y Junio en que la vegetación excepcional cubre todo Sanabria.

Por el año 1.960 se comenzó a abandonar la agricultura y la ganadería prácticamente en toda la zona de Sanabria, todos los pueblos y zonas de labor estaban comunicados por caminos llamados en la zona “Rodeiras”, al margen de que en la actualidad todos tienen carretera, por estos caminos es posible hacer caminatas de muy poca o nula dificultad tanto por zonas de bosque como al lado de los ríos. La duración de estos recorridos va en función de lo que uno quiera pero cualquiera de ellas es recomendable.

Desde Galende le recomendamos ir hasta Trefacio y Pedrazales (en la misma caminata o en dos diferentes), subir a Quintana e incluso ir a San Román o Sotillo, subir a Peña Monegueira…. Todos son caminos fáciles, que también pueden realizarse en bicicleta y no hay posibilidades de perderse, no obstante infórmese en la zona.

En Sanabria existe una gran variedad de setas que pueden encontrarse en primavera y otoño, la zona no está acotada pero conviene informarse en el pueblo. La seta que se ha comido tradicional mente en la zona es la Lepiota ya que el resto se desechaba, en la actualidad existe una gran variedad, incluido el Boletus.

No es aconsejable la recogida de setas para fines comerciales y se espera de que las personas que vayan a cogerlas lo hagan siguiendo buenas prácticas de recogida. Se pueden encontrar prácticamente por todas las zonas.

En Sanabria la pesca es algo consustancial, ya en el siglo XII existieron litigios entre los lugareños de Galende y los monjes cistercienses del convento de San Martin.

Principalmente la trucha ha sido siempre la reina de la zona, en ocasiones se han pescado truchas de hasta 13,5 kilos de peso (Si!!! trece kilos y medio!!!!), hay infinidad de capturas de 5,6,7,8…. Kilos.

Desde hace años existen zonas acotadas y en la actualidad parece ser que ya a partir de 2014 solo se permite la pesca sin muerte, infórmese en la zona. En Sanabria existe caza, recomendamos que se informe en la zona.

La especial localización de este espacio natural, en el límite de la zona húmeda y templada, ha propiciado que presente una gran riqueza florística, con más de 1.500 especies vegetales. Esta gran diversidad botánica es, en buena parte, consecuencia de su situación geográfica. Las montañas sanabresas son el límite entre el clima atlántico y el clima mediterráneo. Esta circunstancia, junto con las diferentes orientaciones de sus laderas, sus valles y sus cimas van a determinar la influencia predominante de dos ambientes. Por un lado, las laderas orientadas al norte y al oeste son de predominio atlántico. Por otro lado, las de exposición sur y este, tienen características mucho más mediterráneas. Además, las condiciones extremas en que se desarrolla la vegetación de las cumbres más altas, van a permitir la existencia de una flora rara y muy adaptada, hasta el punto de que algunas especies (la ranunculus parnassifolius o la armeria bigerrensis) son verdaderas reliquias vivas de la época de las glaciaciones que han llegado hasta nuestros días, sobrevivido y evolucionado aisladas en estas cumbres desde hace más de 10.000 años.

El agua es también otro factor de diversidad. La abundancia de arroyos, manantiales, lagunas, turberas y zonas encharcadas permiten la existencia de una flora acuática característica y adaptada a las características de aguas limpias, ácidas y escasamente mineralizadas que se encuentran en este espacio natural. Entre estos ambientes húmedos destacan las turberas por su rareza en latitudes tan bajas, constituidas por masas compactas de diferentes especies del musgo Sphagnum y que pueden alcanzar varios metros de espesor, que no tienen parangón en ningún otro lugar de la península ibérica. Estas turberas son el hábitat preferido de la Drosera —pequeña planta carnívora— y de algunas especies de Sphagnum de difícil localización en otros puntos de la península o incluso de presencia limitada a esta zona.
El bosque dominante es el del robledal, cuyos ejemplares no suelen sobrepasar los 1.500 m de altitud y que en están bien adaptados para afrontar los fríos del invierno y el prolongado estiaje. Este árbol, que en Sanabria recibe el nombre de carballo, ha sido aprovechado desde antiguo en la economía doméstica sanabresa, tanto en la construcción de sus hogares tradicionales, como para leña.

En las vaguadas frías y húmedas, principalmente en las márgenes del río Tera o de algunos arroyos, es frecuente que los robles sean sustituidos por alisos, abedules, avellanos, serbales y acebos. También es frecuente observar la presencia de tejos centenarios y enebros, muchos de ellos verdaderos supervivientes de algún incendio. Ya más cercanos a los pueblos y plantados por el hombre, se suelen divisar castaños y nogales, algunos de ellos de gran porte.

La fauna de este territorio también se aprovecha de esta variedad de ambientes para diversificarse, incluyendo más de 190 especies de vertebrados.
Hay presencia de 7 especies de peces que se encuentran en el hábitat del lago, las lagunas y las cristalinas aguas ríos y arroyos. De estas últimas destaca la trucha, muy apreciada en la pesca deportiva y de exquisita degustación culinaria. En el lago llega a alcanzar unas dimensiones considerables y su carne suele tener un tono rosado asalmonado. Formando parte de un plato de la cocina zamorana: la Trucha a la sanabresa.

El parque es sobrevolado por 17 especies de rapaces diurnas, algunas de especial belleza como el águila real, el halcón abejero, el halcón peregrino. En lugares más apartados y de difícil acceso, pueden ser observados el busardo ratonero, el cernícalo vulgar o el búho real. De menor porte, pero no por ello de menor importancia, son las 125 especies de pájaros que con trinos y revoloteos alegran este espacio natural y lo ayudan a mantener a raya de las poblaciones de insectos. Algunos de estos últimos encuentran en este hábitat su distribución más meridional. En las zonas mayor altitud de pasto se pueden observar el alcaudón dorsirrojo, el escribano cerillo, la perdiz pardilla o el pechiazul. Más abajo, en los bosques de roble, se divisan el camachuelo común, el petirrojo, el arrendajo o la abubilla, entre otros.[2] [14]
Los reptiles también se encuentran representados con más de 10 especies, entre ellas por víboras (víbora norteña y víbora hocicuda), varias culebras (de collar, viperina, lisa meridional, lisa norteña, etc.). Son, por lo general, animales poco apreciados pero que sin embargo juegan un importante papel en el equilibrio natural de este espacio natural, al alimentarse preferentemente de pequeños mamíferos como el ratón y el topo que, sin predadores, pueden llegar a convertirse en verdaderas plagas.
La numerosos humedales, lagunas, fuentes y cerca de las corrientes de agua, son zonas adecuadas para la existencia y desarrollo de las 10 especies de anfibios, entre otros, el sapo partero común, el rana común, la rana de San Antonio, el tritón jaspeado y la salamandra común.

Por lo que respecta a los mamíferos, son 41 las especies presentes, entre las que destacan el desmán de los Pirineos, la nutria, la marta, el armiño, la garduña y el tejón. De mayor porte, el corzo, el jabalí, el gato montés y el emblemático lobo, protagonista habitual de cuentos y leyendas sanabresas, pero que cada vez es menos frecuente.
La larga lista de especies no puede concluirse sin las mención de aquellas que han desaparecido del parque y de Sanabria durante el siglo XX, como es el caso del oso, el ciervo o el urogallo.

La información proviene de Wikipedia:

http://es.wikipedia.org/wiki/Parque_natural_del_Lago_de_Sanabria_y_Alrededores

El Parque Nacional del Lago de Sanabria y Alrededores tiene una gran riqueza en agua, en el Lago y provenientes de la sierra “Sanabria Alta” confluyen diferentes ríos; Tera, Segundera, Cardena y algunos arroyos, a la salida del Lago es el rio Tera el que le da nombre y en el van confluyendo diferentes ríos, regatos y arroyos hasta su llegada a Pueble de Sanabria.

En la zona de la sierra (Alta Sanabria), nos encontramos con diferentes arroyos, lagunas y embalses artificiales. Algunas lagunas son de extraordinaria belleza; Laguna de Lacillo, las Claras…. Pueden visitarse haciendo excursiones de senderismo (En este caso la dificultad es alta) o subiendo en todo terreno a través de Padornelo y/o Porto. (Se trata de recorridos algo largos).